viernes, 27 de mayo de 2011

Reescritura: El Bien de Algunos o el Bienestar de Todos

Cuando se evalúa la posibilidad de hacer crecer la superficie de Santiago, es necesario analizar criterios de bienestar pero también de eficiencia. Las políticas públicas deben ser regidas por criterios de justicia y equidad; no cabe duda que repartir la torta de mejor manera es una tarea pendiente, pero antes tenemos que preocuparnos de hacer crecer esta torta que se llama bienestar social. La problemática que plantea esta decisión por parte de nuestras autoridades tiene múltiples aristas. Los economistas debemos aportar desde aquello que nos es propio: la eficiencia en la toma de decisiones. La política y la eficiencia parecen ser antagonistas en esta definición. Mientras más política sea la decisión, mayor cantidad de presiones provenientes de diferentes sectores existen. Lo anterior genera que el énfasis en la evaluación de las distintas alternativas esté puesto en atender intereses ajenos a aquellos que corresponden a los del bienestar social.

Teniendo claro este panorama es necesario conocer algunos antecedentes generales del problema. La región Metropolitana tiene una superficie de 15.403,2 km2, representando el 2.0% de la superficie del país. La población regional es de 6.061.185 habitantes, equivalente al 40.1% de la población nacional y su densidad alcanza a 393 hab/km2 (1) . Las ciudades chilenas han casi duplicado sus superficies construidas los últimos treinta años, especialmente durante la última década. Este rápido proceso de urbanización ha generado el principal problema que presentan hoy las grandes ciudades: los cambios en los usos y coberturas de los suelos naturales, agrícolas y forestales han deteriorado el estado y funcionamiento ambiental de estos territorios (2).

La sustitución de áreas verdes por espacios urbanos ha generado una serie de impactos sobre el medio ambiente de la ciudad, siendo uno de los principales el desequilibrio en el clima y el consiguiente aumento de los niveles de contaminación atmosférica (3). La contaminación, además de ser un mal en sí mismo, es causa principal de una de las dificultades más grande del servicio de salud pública. Las enfermedades respiratorias agudas ocupan el primer lugar como motivo de consulta al médico por parte tanto de menores como de ancianos (4) . Al haber un aumento en los niveles de contaminación habrá, por ende, mayor demanda y colapso en los hospitales, agravando la actual situación del sistema. Por otro lado, las grandes distancias y la sobrepoblación generan ineficiencias debido a la pérdida de tiempo en traslados extensos y por la congestión causada por la falta de accesos expeditos afecta la productividad de la ciudad en su conjunto.

Además de las ineficiencias económicas planteadas en el párrafo anterior, es importante recalcar que la toma de decisiones que deja de lado la persecución del bien común pasa por alto riesgos que incluso atentan contra la seguridad de las personas. Las presiones económicas muchas veces hacen que los planes reguladores transen normas básicas de seguridad como son las cotas máximas de construcción y los espacios en que se permite edificar. A causa de esto, gran parte de Santiago se encuentra hoy expuesta a desastres naturales por estar ubicada sobre la Falla de San Ramón o en espacios susceptibles a derrumbes y aludes.

Si bien es cierto que el crecimiento poblacional es parte del crecimiento económico necesario para el desarrollo de nuestro país, hay formas más eficientes y sustentables de lograr aquel cometido. Chile es de los países más centralizados del mundo dada su estructura económica. Los incentivos deben estar puestos de tal forma que se logre el desarrollo de otras ciudades además de Santiago. Para lograr lo anterior, el primer escollo que se debe superar son las presiones económicas. Siempre serán más potentes aquellas provenientes de la capital, por lo que la voluntad política debe ser más fuerte y velar por el verdadero bienestar social y no el bien de algunos.

Referencias:

(1) http://www.subdere.gov.cl/1510/w3-propertyvalue-24692.html

(2) http://biblioteca.universia.net/html_bura/ficha/params/title/efectos-ambientales-expansion-urbana-alta-baja-densidad-gran-santiago-ultimas/id/37691477.html

(3) http://captura.uchile.cl/jspui/bitstream/2250/10285/1/Caracter%C3%ADsticas%20%20socioambientales%20de%20la%20expansi%C3%B3n%20urbana%20de%20las%20%C3%81reas%20Metropolitanas%20de%20Santiago%20y%20Valpara%C3%ADso.pdf

(4) http://www.salud.com/enfermedades/enfermedades_respiratorias.asp

viernes, 20 de mayo de 2011

El bien de algunos o el bienestar de todos

Cuando se evalúa la posibilidad de hacer crecer la superficie de Santiago, es necesario analizar criterios de bienestar pero también de eficiencia. Las políticas públicas deben ser regidas por criterios de justicia y equidad; no cabe duda que repartir la torta de mejor manera es una tarea pendiente, pero antes tenemos que preocuparnos de hacer crecer esta torta que se llama bienestar social.

La problemática que plantea esta decisión por parte de nuestras autoridades tiene múltiples aristas. Los economistas debemos aportar desde aquello que nos es propio: la eficiencia en la toma de decisiones.

La política y la eficiencia parecen ser antagonistas en esta historia. Mientras más política sea la decisión, mayor cantidad de presiones provenientes de diferentes sectores existen. Lo anterior genera que el énfasis en la evaluación de las distintas alternativas esté puesto en atender intereses ajenos a aquellos que corresponden a los del bienestar social.

Teniendo claro este panorama, es necesario conocer algunos antecedentes generales del problema. La región Metropolitana tiene una superficie de 15.403,2 km2, representando el 2.0% de la superficie del país, mientras que la población regional es de 6.061.185 habitantes, equivalente al 40.1% de la población nacional y su densidad alcanza a 393 hab/km2. Las ciudades chilenas han casi duplicado sus superficies construidas los últimos treinta años, especialmente durante la última década.

Este rápido proceso de urbanización ha generado el principal problema que presentan hoy las grandes ciudades. Los cambios en los usos y coberturas de los suelos naturales, agrícolas y forestales han deteriorado el estado y funcionamiento ambiental de estos territorios.

La sustitución de áreas verdes por espacios urbanos, ha generado una serie de impactos sobre el medio ambiente de la ciudad. Uno de los principales corresponde a los cambios y desequilibrios sobre el clima. Tal impacto no solo se manifiesta de manera directa en la ciudad a partir del aumento de las edificaciones, sino que también genera externalidades negativas, tales como el aumento de los niveles de contaminación atmosférica.

La contaminación, además de ser un mal en sí mismo es causa principal de una de las dificultades más grande del servicio de salud pública. Las enfermedades respiratorias agudas ocupan el primer lugar como motivo de consulta al médico, y las formas graves son causa de un gran número de defunciones sobre todo en los menores de 5 años. Los ancianos también pueden verse afectados severamente por estas enfermedades. Al haber un aumento en los niveles de contaminación habrá mayor demanda y colapso en los hospitales, agravando la actual situación del sistema.

Además de estas ineficiencias que se producen por el lado de la contaminación y de las enfermedades respiratorias, la toma de decisiones que deja de lado la persecución del bien común pasa por alto riesgos que incluso atentan contra la seguridad de las personas. Las presiones económicas muchas veces hacen que los planes reguladores transen normas básicas de seguridad como son las cotas máximas de construcción y los espacios en que se permite edificar. A causa de esto, gran parte de Santiago se encuentra hoy expuesta a desastres naturales por estar ubicada sobre la Falla de San Ramón o en espacios susceptibles a derrumbes y aludes.

Las grandes distancias y la sobrepoblación generan ineficiencias en cuanto la pérdida de tiempo por traslados extensos y por la congestión causada por la falta de accesos expeditos afecta la productividad de la ciudad en su conjunto. Las personas ven sumadas incluso varias horas a sus jornadas laborales a causa de estos viajes.

Si bien es cierto que el crecimiento poblacional es parte del crecimiento económico necesario para el desarrollo de nuestro país, hay formas más eficientes y sustentables de lograr aquel cometido. Chile es de los países más centralizados del mundo dada su estructura económica. Los incentivos deben estar puestos en lograr el desarrollo de otras ciudades además de Santiago. Para lograr lo anterior, el primer escollo que se debe superar son las presiones económicas. Siempre serán más potentes aquellas provenientes de la capital, por lo que la voluntad política debe ser más fuerte y velar por el verdadero bienestar social y no el bien de algunos.

martes, 3 de mayo de 2011

Reescritura: Protección a la vida, Un derecho siempre

La salud es y será siempre un tema central al discutir sobre políticas públicas en nuestro país. Los debates acerca de las mejoras necesarias en la infraestructura de los centros asistenciales existentes o sobre la escasez de la oferta hospitalaria son parte tanto de los discursos políticos, como de las promesas electorales y las prioridades de los distintos gobiernos. Pese a la relevancia que tiene, hay una arista que suele ser pasada por alto; la salud privada y los abusos que usualmente son cometidos por parte de las diferentes clínicas parecen ser olvidados por nuestras autoridades.

En particular, es impresentable que dichas instituciones priven de atención de urgencia a quienes la necesitan, únicamente porque figuran en DICOM. La sociedad en su conjunto debe regirse por principios sólidos y universales que determinen el actuar de organismos públicos y privados. La protección de la vida, antes que el interés comercial, debe primar a la hora de tomar la decisión sobre brindar o no atención de urgencia cuando ésta es realmente necesaria y, de esta manera, proteger el derecho fundamental de la vida.

Un segundo argumento en contra de la discriminación que efectúan algunas clínicas negando la atención a quienes aparecen en DICOM, es que aunque dicha persona pueda enfrentar dificultades para pagar los servicios prestados, existen alternativas como la exigencia de un aval que, por un lado, eliminan los riesgos de no pago para la clínica y, por otro, equilibran las necesidades de este tipo de instituciones con el respeto a los derechos básicos de la vida y la salud.

Por otro lado, hay quienes afirman que las clínicas tienen el derecho de admitir a quienes ellas estimen conveniente con la finalidad de disminuir el riesgo de no pago, dado que para subsistir deben poder cubrir sus costos. Con todo, es posible afirmar que los registros de DICOM son un mal instrumento para predecir la capacidad de pago de los pacientes, dado que el número de personas que “caen en DICOM” por descuidos y errores de cobranza y no por imposibilidad de cubrir sus deudas es sumamente alto. Por consiguiente, las clínicas están negando la posibilidad de salvar una vida sin siquiera existir riesgo alguno que pudiera generar perjuicios a las utilidades de éstas.

Se puede concluir que antes de negar el acceso, existen múltiples alternativas que pueden adoptar las clínicas para hacer compatibles los intereses de dichas instituciones con el respeto a la vida. Tratándose de un derecho fundamental como es la salud y el consiguiente alcance de sus actos, las clínicas deben actuar de manera mucho más prudente y virtuosa que cualquier otro ente privado y alejarse, por ende, de la impresentable práctica de privar de atención de urgencia a quienes la necesitan, únicamente por figurar en DICOM.

martes, 26 de abril de 2011

Protección a la vida: un derecho siempre

La salud es y será siempre un tema central al discutir sobre políticas públicas en nuestro país. Los debates acerca de las mejoras necesarias en la infraestructura de los centros asistenciales existentes o sobre la escasez de la oferta hospitalaria son parte, tanto de los discursos políticos, como de las promesas electorales y las prioridades de los distintos gobiernos. Pese a la relevancia que tiene, hay una arista que suele ser pasada por alto; la salud privada y los abusos que usualmente son cometidos por parte de las diferentes clínicas parecen ser olvidados por nuestras autoridades.

En particular, es impresentable que dichas instituciones priven de atención de urgencia a quienes la necesitan, únicamente porque figuran en DICOM. La sociedad en su conjunto debe regirse por principios sólidos y universales que determinen el actuar de organismos públicos y privados. La protección de la vida, antes que el interés comercial, debe primar a la hora de tomar la decisión sobre si es adecuado o no brindar atención de urgencia cuando ésta es realmente necesaria, y así, proteger el derecho fundamental de la vida.

Un segundo argumento en contra de la discriminación que efectúan algunas clínicas negando la atención a quienes aparecen en DICOM, es que aunque dicha persona pueda enfrentar dificultades para pagar los servicios prestados, existen alternativas como la exigencia de un aval que, por un lado, eliminan los riesgos de no pago para la clínica y, por otro, equilibran las necesidades de este tipo de instituciones con el respeto a los derechos básicos de la vida y la salud.

Por otro lado, hay quienes afirman que las clínicas tienen el derecho de admitir a quienes ellas estimen conveniente con la finalidad de disminuir el riesgo de no pago, dado que para subsistir deben poder cubrir sus costos. Con todo, es posible afirmar que los registros de DICOM son un mal elemento para predecir la capacidad de pago de los pacientes, dado que el número de personas que “caen en DICOM” por descuidos y errores de cobranza y no por imposibilidad de cubrir sus deudas es sumamente alto. Por consiguiente, las clínicas estarían negando la posibilidad de salvar una vida sin siquiera existir riesgo alguno que pudiera generar perjuicios a las utilidades de éstas.

Podemos concluir que antes de negar el acceso a la salud a quienes lo necesitan, existen múltiples alternativas que pueden adoptar las clínicas para hacer compatibles los intereses de dichas instituciones con el respeto a la vida. Tratándose de un derecho fundamental como es la salud y el consiguiente alcance de sus actos, las clínicas deben actuar de manera mucho más prudente y virtuosa que cualquier otro ente privado.

viernes, 8 de abril de 2011

Reescritura: Energía Nuclear, ¿una alternativa posible?

El terremoto en Japón revivió una discusión que desde hace un tiempo estaba pasando desapercibida en nuestro país, y que tiene que ver con las diferentes opciones que existen para abastecer de energía nuestro país y los riesgos inherentes a cada una de estas formas. El desastre en la planta nuclear de Fukushima sirvió de aliciente para que los permanentes opositores de la generación de energía alzaran la voz y se negaran rotundamente siquiera a la posibilidad de desarrollar energía nuclear en Chile para renovar la matriz energética. Lamentable, ya que desarrollar la alternativa nuclear en nuestro país es sumamente beneficioso para nuestros compatriotas.

Un primer argumento hace referencia a la urgencia por renovar la matriz energética en nuestro país. El crecimiento económico debe ir acompañado por un crecimiento en el sector energético igual o superior a este para que el desarrollo sea sostenible. Las economías más avanzadas se caracterizan por la diversificación en sus fuentes de generación de energía, lo que se justifica dado que la principal variable que restringe el crecimiento en términos técnicos es la tasa del sector energético, principalmente por la influencia que tiene en los costos al ser de los principales insumos en los diferentes procesos productivos.

Se podría pensar que si bien es importante desarrollar la matriz energética, existen múltiples opciones para lograr este aumento en la oferta de energía en nuestro territorio. Sin embargo, las otras vías son poco factibles de desarrollar en un país como el nuestro. La alternativa solar, así como la eólica, no permiten un aumento significativo en la capacidad de la matriz energética que permita solucionar la crisis, por lo que es necesario diversificar y complementar las diferentes vías, en las que la nuclear cumple un rol fundamental.

Por otro lado, hay quienes creen que los riesgos radioactivos son razón suficiente para descartar esta alternativa de entrada. La solución tiene que ver principalmente con el desarrollo de nuevas tecnologías que aminoren los posibles peligros y con llevar a cabo una capacitación adecuada para manejar de la mejor manera posible cualquier inconveniente con este tipo de plantas.

Es posible concluir que los beneficios de desarrollar la alternativa de la energía nuclear en nuestro país trae más beneficios que costos para la población en general. Es una decisión que debe tomarse de manera responsable, apoyada en argumentos técnicos y tomando las precauciones necesarias para aminorar al máximo los riesgos inherentes a la actividad.

viernes, 1 de abril de 2011

Energía Nuclear: ¿Una alternativa posible?

El terremoto en Japón revivió una discusión que desde hace un tiempo estaba pasando desapercibida en nuestro país. El desastre en la planta nuclear de Fukushima sirvió de aliciente para que los permanentes opositores de esta alternativa de generación de energía alzaran la voz y se negaran rotundamente siquiera a la posibilidad de desarrollar energía nuclear en nuestro país para renovar la matriz energética. Lamentable, ya que desarrollar energía nuclear en nuestro país es sumamente beneficioso para nuestros compatriotas.

Un primer argumento hace referencia a la urgencia por renovar la matriz energética en nuestro país. El crecimiento económico debe ir acompañado por un crecimiento en el sector energético igual o superior a éste para que el desarrollo sea sostenible. Las economías más avanzadas se caracterizan por la diversificación en sus fuentes de generación de energía, lo que se justifica dado que la principal variable que restringe el crecimiento en términos técnicos es la tasa del sector energético, principalmente por la influencia que tiene en los costos al ser de los principales insumos en los diferentes procesos productivos.

Se podría pensar que si bien es importante desarrollar la matriz energética, la alternativa de la energía nuclear no es la adecuada. Otro argumento determinante a favor de la alternativa nuclear es que las otras vías son poco factibles de desarrollar en un país como el nuestro. La alternativa solar, así como la eólica, no permiten un aumento significativo en la capacidad de la matriz energética que permita solucionar la crisis energética, por lo que es necesario diversificar y complementar las diferentes vías, en las que la nuclear cumple un rol fundamental.

Por otro lado, hay quienes creen que los riesgos radioactivos son razón suficiente para descartar esta alternativa de entrada. La solución al respecto tiene que ver con el desarrollo de nuevas tecnologías y capacitación adecuada para manejar de la mejor manera posible estos riesgos.

Es posible concluir que los beneficios de desarrollar la alternativa de desarrollar energía nuclear en nuestro país traería más beneficios que costos para la población en general. Es una decisión que debe tomarse de manera responsable, apoyada en argumentos técnicos y tomando las precauciones necesarias para aminorar al máximo los riesgos inherentes a la actividad.